Se entiende que la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) supone una oportunidad para adquirir conocimientos, habilidades y valores vinculados con el desarrollo de un estilo de vida en equidad, alcanzando transformaciones sociales positivas a largo plazo (Joseph y Said, 2019; Öztürk, 2017). Permite dar respuesta a los retos del desarrollo sostenible (Heasly, Lindner, Ilisko y Salite, 2020; Sunthonkanokpong y Murphy, 2019), contribuyendo al bienestar presente y futuro de la comunidad global (Odell, Molthan, Martin y Sterling, 2020).
Se debe plantear la EDS para la mejora y calidad en la formación del estudiante universitario hacia el ejercicio de una ciudadanía responsable (Albareda, Vidal y Fernández, 2018). El mismo debe estar capacitado para ser un ciudadano comprometido con su entorno y liderar los nuevos desafíos que contribuyan a la creación de un mundo más justo y sostenible (Merrit, Hale y Archambault, 2019). Sus percepciones hacia la EDS y el desarrollo de sus competencias profesionales sobre sostenibilidad influyen en su futura práctica profesional y en el modo de afrontar los problemas actuales (Anyolo, Kärkkäinen y Keinonen, 2018).
El estudio realizado por Leich, Heiss y Byun (2018) propone que los planes de estudio de las universidades incorporen contenidos relacionados con la pobreza, el cambio climático, el medio ambiente, entre otros, con la intención de preparar al estudiante para comprender el mundo en que se desenvuelve y hacer frente a los desafíos que se le puedan presentar. Es necesario, por tanto, formar en EDS como prioridad para el desarrollo profesional de los estudiantes universitarios. Se debe apostar por desarrollar un perfil profesional cuya tarea consiste en ofrecer patrones sostenibles a la sociedad para la construcción de un futuro más equitativo y justo para todos (Darling-Hammond, Hyler y Gardner, 2017).
Con este planteamiento general, se presenta esta propuesta formativa, con el objetivo de concienciar a los estudiantes universitarios sobre la necesidad trabajar hacia la consecución de los ODS, así como para formarles llevándolos a la práctica mediante el diseño de proyectos de innovación basados en el desarrollo sostenible. Además se completará con el aprendizaje de metodologías activas reconocidas por diferentes organizaciones (CRUE, 2015; UNESCO, 2017) para ofrecer formación complementaria en ODS y de calidad. Especialmente el curso está enfocado al Objetivo 4 que marca la Agenda 2030.